miércoles, 2 de julio de 2008

Te olfateo recien despertada.
Hueles a restos de sueño
desdibujándosete en los ojos.
Al calor que bajo la sábana
todavía íntimo conservas,
mientras un océano de ternura
bate contra tus labios.
Quiero quedarme así,
con la nariz dilatada
y los ojos incerrables por el asombro.
Quedarme con este instante
alimentando el devenir del tiempo.
Quedarme con el perfume
de tus besos recien despiertos.
Quedarme, contigo,
para siempre en el pensamiento.

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