lunes, 19 de mayo de 2008

Masticas una bola de dolor
y este te sale, espumoso,
por la comisura de los labios.
Es un dolor denso, concentrado.
Como salido del alambique
alojado en una esquina
retorcida del alma.
Cada lágrima perforando
la corteza del pensamiento.
Corrosivo ácido
destruyendo campos de luz.
Te veo masticar una bola de dolor
y me recuerdo masticando el mío
antes de llegar al amor.

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