jueves, 29 de mayo de 2008

El sinsaber revoloteando a tu alrededor.
Florecida duda en medio de un paisaje
que es aquí voluptuoso.
Linealiso allí.
Agrestenhiesto allá.
Aún conociendo su presencia,
ignorar dónde, en qué parte
se posará la caricia.
La caricia como ave migratoria.
Inquieta mariposa curvando apenas
el pétalo elegido.
Levísimo roce de cálidas yemas
sobre la hondura de los poros.
Roce que percibes como filo
de bruñido acero arañándote
el invisible cuerpo del estremecimiento.
Y germinan las sensaciones.
Vigoroso césped primaveral
que desde tus lechosos muslos se alza
al encuentro místico del Sentir.
Búsqueda del punto de comunión
entre caricia y espacio acariciado.
Caricia y goce.
Caricia y psique.
Desprogramación neuronal de los sentidos
hasta el disfrute de lo desconocido.
Ya no son los fluídos que te brotan
anegando la fértil extensión de tu pubis.
Es esa marea creciente e imparable
extendiéndosete por cada célula,
por cada remota neurona.
Tsunami bienhechor
arrasando hasta la última reticencia
de tu conciencia ahora evolucionada.
Orgasmo cósmico que te envuelve
en un abrazo espiral de luz y calor.
Big Ben repetido
fluyéndote en esa amalgama
de gemidos, risas,llantos,
gritos, espasmos, sudores,
que te entregan y te elevan
desde el centro vertiginoso
de una eclosión de vida que te transmuta.
Ahora, eres en ti desde ti.
Has abierto la última puerta
a este lado del Nirvana.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me encanta esta poesia ,y me gustaría saber, el sabor que podrían tener. May