lunes, 19 de mayo de 2008


Una copa de vino.
Roja sangre que bebes.
Te observo mientras pienso
cómo serían, con qué sabor
tus besos ahora.
Así bañados, así ungidos.
Los afrutados aromas
enredándosenos en la boca
mientras fuera,
la luz de tus ojos desata
la más bella de las tormentas.

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