Abiertas bocas abismando
el insoportable vuelo de las moscas.
Reducido reducto donde el silencio habita
entre la reseca arena que lo invade.
La misma arena que filtró
el llanto de la sal que ahora guarda.
abiertos ojos estáticos
bajo un cielo inclemente,
secos ya del dolor
tan hondo del abandono.
miércoles, 27 de febrero de 2008
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